domingo, 27 de mayo de 2012

SOLEMNIDAD DE PENTECOSTÉS

El mundo brilla de alegría.
 Se renueva la faz de la tierra. 
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
 Ésta es la hora en que rompe el Espíritu el techo de la tierra, 
y una lengua de fuego innumerable purifica, renueva, enciende, alegra las entrañas del mundo. 
Ésta es la fuerza que pone en pie a la Iglesia en medio de las plazas y levanta testigos en el pueblo,
 para hablar con palabras como espadas delante de los jueces. 
Llama profunda, que escrutas e iluminas el corazón del hombre:
 restablece la fe con tu noticia,
 y el amor ponga en vela la esperanza, 
hasta que el Señor vuelva. Amén

   


EL ESPÍRITU DE PENTECOSTÉS

 Hoy el cristiano es enviado fuera de su propio cenáculo, como los apóstoles, y lanzando a la calle para revolucionar a todas las gentes con una gran e increíble noticia: no estamos huérfanos. Dios está con nosotros, tenemos un Espíritu de fuerza y de sabiduría, de gozo y de fe. Nadie puede arrebatarnos la alegría de que el Espíritu de adopción grite en nosotros: Padre, te amo, creo en ti, mi esperanza es tuya. Cuál es el Espíritu de Pentecostés? Es el Espíritu creador y renovador de la faz de la tierra. El que hizo surgir mil imágenes y semejanzas de Dios, el que lo manifestó gozosamente visible en la creación, creando un mundo espléndido de formas y figuras de seres llenos de sentido, de animales y plantas. El que moldeó al hombre para que poblase la tierra. Es el Espíritu que habló por los profetas, hombres sacados de entre los hombres, de labios balbucientes y corazones tímidos y asustadizos, pero que fueran tocados por la inspiración de lo alto para hacer sonar la palabra de Dios que era anuncio, examen, liberación, gozo, cercanía, paz, perdón, exigencia y alianza. La violencia de lo divino les impulsó a ser punto de referencia del auténtico diálogo humano. Es el Espíritu de la Encarnación en la plenitud de los tiempos. El rayo de la gracia divina que tocó a una virgen nazarena y provocó la respuesta más hermosa y más limpia en la historia de los hombres. El “sí” de la Anunciación la hizo portadora de la Palabra de Dios. Desde el silencio fecundo de la Virgen nos fue revelado el gran mensaje y entregada la salvación, hecha carne de niño. Por eso la Madre de Jesús es la esposa del Espíritu Santo. Es el Espíritu que provocó la inspiración de Isabel, al sentir brincar en su seno al hijo aún no nacido. El Espíritu que movió a profetizar al mudo Zacarías y empujó al anciano Simeón hacia el templo, para que viese una luz gloriosa y tuviese en brazos “la vida”. Es el Espíritu que resplandece en todas las acciones y palabras de Jesús, el Hijo de Dios, que anuncia la buena noticia de la salvación, escruta los corazones, revela la verdad, repara el mal, consuela a los afligidos y fortalece a los débiles. Es el Espíritu que le hizo obediente hasta la muerte y le resucitó para la vida eterna. Es el Espíritu que da comienzo a la Iglesia y la extiende con la vivacidad del relámpago. El Espíritu que posibilita creer en el Evangelio, despierta todos los corazones, hace fecundas nuestras obras, inspira nuestras plegarias y nos convierte en testigos del verdadero amor.
(Andrés Pardo)

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 2, 1-11
 Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería. Se encontraban entonces en Jerusalén judíos devotos de todas las naciones de la tierra. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma.

 Lectura del Santo Evangelio según San Juan 20, 19-23
 Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: - «Paz a vosotros.» Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: - «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.» Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: - «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»


                           

 Oración
Oh Dios, que por el misterio de Pentecostés santificas a tu Iglesia, extendida por todas las naciones, derrama los dones de tu Espíritu sobre todos los confines de la tierra y no dejes de realizar hoy, en el corazón de tus fieles, aquellas mismas maravillas que obraste en los comienzos de la predicación evangélica

sábado, 26 de mayo de 2012

NOVENA AL ESPÍRITU SANTO: NOVENO DÍA


Semicúpula del Camarín del Cristo de la Puente Cedrón (Málaga)




DIA 9 - Hoy  Sábado 26.5.12
Danos virtud y recompensa, danos una muerte santa, danos alegría eterna. Amén. Aleluya.

Aquí el fiel pide la recompensa. Existen dos clases de recompensa: la terrena y la eterna. No es nada malo trabajar por las cosas temporales, pero la recompensa eterna debe prevalecer sobre la temporal. Muchas veces la recompensa terrena se convierte en un obstáculo para la recompensa eterna.
Pidamos, entonces, la ayuda del Espíritu Santo para poder vivir y trabajar cada vez más por la gloria de Dios. Con las obras de misericordia expuestas en el evangelio de San Mateo (25,31-46) Jesús nos invita a considerar la recompensa eterna: “Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo”.

Recordemos que, en la parábola, el hombre rico cuyos campos dieron una abundante cosecha razonaba dentro de sí: “¿Qué haré, pues no tengo donde reunir mi cosecha?. Y dijo: Voy a hacer esto: Voy a demoler mis graneros y edificaré otros más grandes y juntaré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma tienes muchos bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea. Pero Dios le dijo: ¡Necio!. Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán?. Así es el que atesora riquezas para sí, y no se enriquece cerca de Dios” (Lc 12,16-21).                 

El Espíritu Santo nos ayuda a acumular tesoros en el cielo y no en la tierra. No vivimos para este mundo sino para el mundo venidero por el que Jesús sufrió, murió, resucitó, y mandó el Espíritu Santo para que comprendamos que nada es más importante que el alma. Hagamos, pues, todo lo posible para salvar nuestra alma y la de los demás.


Oración para obtener los siete dones del Espíritu Santo.

Señor Jesucristo que, antes de subir al cielo, prometiste mandar el Espíritu Santo para completar tu obra en el alma de los Apóstoles y discípulos, dígnate concedernos el mismo Espíritu a fin de que él pueda perfeccionar en nuestras almas la obra de tu gracia y de tu amor.
Concédenos el espíritu de Sabiduría para que podamos despreciar las cosas de este mundo y aspirar solamente a las cosas eternas; el espíritu de Inteligencia para iluminar nuestras mentes con la luz de tu verdad; el espíritu de Consejo a fin de que podamos siempre escoger el camino más directo para agradar a Dios y conseguir el cielo; el espíritu de Fortaleza para que podamos llevar nuestra cruz contigo y superar con coraje todos los obstáculos que impiden nuestra salvación; el espíritu de Ciencia a fin de que podamos conocer siempre mejor a Dios y a nosotros mismos; el espíritu de Piedad para que podamos prestar el servicio a Dios con ternura y amabilidad; el espíritu de  Temor a fin de que podamos llenarnos de afectuosa reverencia hacia Dios y temer cualquier manera de desagradarle. Fórmanos, Señor, según el  modelo de tus verdaderos discípulos y aliéntanos en todas las cosas con tu Espíritu. Amén.


En el Cenáculo


LETANIAS del Espíritu Santo
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Cristo, óyenos
A cada invocación respondemos : "Ten piedad de nosotros".
Padre celestial 
Dios hijo, Redentor del mundo
Espíritu Santo que procedes del Padre y del Hijo
A cada invocación respondemos "Te alabamos y te bendecimos". 
Espíritu del Señor, Dios de Israel.
Espíritu que posees todo poder.
Espíritu, fuente de todo bien.
Espíritu que embelleces los cielos.
Espíritu de sabiduría e inteligencia.
Espíritu de consejo.
Espíritu de fortaleza.
Espíritu de ciencia.
Espíritu de piedad.
Espíritu de temor del Señor.
Espíritu, inspirador de los santos.
Espíritu prometido y donado por el Padre.
Espíritu de gracia y de misericordia.
Espíritu suave y benigno.
Espíritu de salud y de gozo.
Espíritu de fe y de fervor.
Espíritu de paz.
Espíritu de consolación.
Espíritu de santificación.
Espíritu de bondad y benignidad.
Espíritu, suma de todas las gracias.

Cordero de Dios Que quitas los pecados del mundo. Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Escúchanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Ten piedad de nosotros.
Resplandezca sobre nosotros, Padre omnipotente, el esplendor de tu gloria, Cristo, luz de luz, y el don de tu Espíritu Santo confirme los corazones de tus fieles, nacidos a la vida nueva en tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor, Amén.


Conclusión.
Muchos santos oraron fervorosamente, cada día, para recibir los siete dones del Espíritu Santo. El profeta Isaías ya nos habla de algunos de estos dones, como son el espíritu de sabiduría e inteligencia, el espíritu de consejo y fortaleza, el espíritu  de ciencia y de temor de Dios (Is 11,2).
Sin la ayuda del Espíritu Santo, San Damián de Molocai, por ejemplo, no hubiese tenido el coraje de ir a vivir y trabajar con los leprosos, para morir él de esta misma enfermedad. No vivió y no trabajó para el mundo. Sin la ayuda y la continua inspiración del Espíritu Santo la Beata Teresa y toda la familia de los Misioneros y Misioneras de la Caridad no conseguirían prestar servicio gratuito y de todo corazón a los más pobres entre los pobres: a los leprosos, a los discapacitados, a los sin techo, a las personas más desagradables y a los demás. Cuanto más invoquemos al Espíritu Santo más conseguiremos cumplir perfectamente la voluntad de Dios con amor.

ESPÍRITU SANTO, 
CONCÉDENOS LOS DONES NECESARIOS,
PARA CUMPLIR LA VOLUNTAD DEL PADRE.AMÉN

domingo, 13 de mayo de 2012

TRECE DE MAYO

                 

El trece de mayo, la Virgen María, bajó de los cielos a Cova de Iría.     



Anillo de Juan Pablo II
TOTUS TUUS

Corona de Nuestra Sra. de Fátima
Bala ofrendada por S.S. Juan Pablo II


martes, 1 de mayo de 2012

HOY ES 1 DE MAYO

Hoy la Iglesia celebra especialmente, el comienzo del Mes dedicado a la Virgen María y también celebra la Fiesta de San José Obrero y el 1º Aniversrio de la Beatificación de Juan Pablo II.

Hoy es motivo para alabar a Dios por estos dones que nos concede y las propuestas de Oración que nos facilita.
Tanta oportunidad, me hace recordar el Salmo 33:

Bendigo al Señor en todo momento,

su alabanza está siempre en mi boca;

mi alma se gloría en el Señor:

que los humildes lo escuchen y se alegren...



La Iglesia entera reconoce en San José a su protector y patrono. A lo largo de los siglos se ha hablado de él, subrayando diversos aspectos de su vida, continuamente fiel a la misión que Dios le había confiado. Por eso, desde hace muchos años, me gusta invocarle con un título entrañable: Nuestro Padre y Señor.

San José



San José es realmente Padre y Señor, que protege y acompaña en su camino terreno a quienes le veneran, como protegió y acompañó a Jesús mientras crecía y se hacía hombre. Tratándole se descubre que el Santo Patriarca es, además, Maestro de vida interior: porque nos enseña a conocer a Jesús, a convivir con El, a sabernos parte de la familia de Dios. San José nos da esas lecciones siendo, como fue, un hombre corriente, un padre de familia, un trabajador que se ganaba la vida con el esfuerzo de sus manos. Y ese hecho tiene también, para nosotros, un significado que es motivo de reflexión y de alegría.
Al celebrar hoy su fiesta, quiero evocar su figura, trayendo a la memoria lo que de él nos dice el Evangelio, para poder así descubrir mejor lo que, a través de la vida sencilla del Esposo de Santa María, nos transmite Dios.
  


PRIMER ANIVERSARIO DE LA BEATIFICACIÓN DE JUAN PABLO II


               


                              


                              ¡¡ No tengáis miedo !!                          ¡¡Abrid las puertas  a Cristo!!





MAYO, MES DEDICADO A LA VIRGEN MARIA


Santa María
                                                  



A MI MADRE, SANTA MARÍA


Madre Santa, Virgen Humilde,
Madre de Dios y Madre nuestra,
Bendita Tú, entre todas las mujeres,
Bendito siempre el Fruto de tu vientre, Jesús.

Aceptaste cumplir la Voluntad de Dios,
Obediente,
 en la Alegría y en el Sufrimiento,
desde el Amor de la Concepción a la Cruz de la Salvación.

Madre, de Fe acompañada,
Intercesora ante el Padre,
 no desoigas nuestras súplicas,
ante las necesidades que te presentamos

Ruega  a Dios por nosotros, pecadores,
Por nuestras acciones u omisiones y
haznos llegar  hasta tu Hijo, con espíritu de Penitencia,
 para recibir su Perdón y Ayúdanos para nunca nos apartemos de Él.

En este mes de Mayo, dedicado a Ti,
Queremos darte gracias por Tus  Cuidados,
por Tus Atenciones, por Tu Servicio,
 por Tu Dedicación a Dios en la Sagrada Familia,
y por Hacernos más llevadera la Cruz…

¡Gracias, Madre, protégenos!
Que miles de Rosarios y Santas Romerías te ofrezcamos,
  especialmente, por tu Caridad hacia nosotros. Así sea. 

                                                  (miguel LMC)     


Madre del Buen Consejo